miércoles, 29 de agosto de 2012

Diario de Campamento (III)


Llevamos tres semanas de campamento de verano, desde Amelgar y Arte de mis Manos, se ha preparado todo lo necesario para la venida de los grupos de niños. 
En este tercer campamento, además de todas las actividades organizadas y llevadas a cabo por todos los monitores de Amelgar (salidas y baños en el río de las Millanas, bailes con karaoke, manualidades de bisutería, reciclado, máscaras, juegos mesas, juegos tradicionales, deporte, baños en la piscina……) han venido a colaborar tres voluntarios, con actividades diferentes y excepcionales.
Isabel y Juanmi de Coin, han propiciado una nueva actividad, que se ha sumado a las programadas: el taichí de los animales. De esta manera, los niñ@s del campamento se han acercado a las milenarias artes marciales orientales a través de la interiorización de diferentes animales como el mono, el tigre, el oso…etc, además de aprender de los beneficios de determinados ejercicios y posturas; finalmente todos en círculo participaron de una estupenda técnica de relajación.
Senén, otro de los voluntarios que se han acercado al campamento, ha hecho las delicias de los niñ@s, con el sonido de los cuencos tibetanos, muy adecuado por cierto para la hora de dormir, ya que propiciaba la relajación y por tanto el descanso.
También produjo mucha expectación la salida nocturna. Fue  una gran aventura, un paseo por el campo a la luz de las linternas, y con el sobresalto de algún que otro sonido extraño, y algunas figuras no irreconocibles que deambulaban entre los olivos de los campos lindantes, al camino por el que transitábamos.
Tras varios días  intensos en experiencias y vivencias, y tras la cena, se preparaba la  proyección de alguna película seleccionada. Entonces, todos, tendidos en el suelo, o sobre los troncos de los árboles que decoran el jardín, fijaban sus miradas en la pantalla para conocer como se desarrollaba la acción de la proyección.
Y así …….entre risas, juegos, baños, comidas…. Llegó la hora de la despedida del viernes. Todos corrieron y se dieron direcciones de correos o teléfonos, algunos reconocieron no querer marcharse, pero a las cinco de la tarde el autobús que los trajo, les esperaba para regresar de nuevo a sus casas, no sin antes preguntarnos sobre la posibilidad volver el año que viene. 

No hay comentarios: