martes, 18 de septiembre de 2012

Testimonio de una voluntaria en la Feria de la Aceituna


A continuación reproducimos las vivencias de otra voluntaria de nuestra Casa, en este caso en la reciente Feria de la Aceituna de Alozaina:

"Mª José, permíteme dirigirme en principio a ti, cuando me llamastes para preguntarme si quería acompañaros a Alozaina para ayudar en la barra de bar de la Feria, tuve muy claro que quería ir. Sabía que dejaba atrás mis planes de trabajo y la familia en el fin de semana, pero estaba convencida que tenía que ir. Iba a ser la segunda  vez que estaría en la casa y sentía que tenía una deuda de gratitud porque esa primera vez que estuve allí, no sé que pudo influir, si el ambiente de acogida o con las personas que me rodeé, me ayudó a clarificar algunas cuestiones personales.
 Y centrándome en comentar mis sensaciones del segundo viaje a Alozaina, tengo que decir que intenté ayudar en la barra lo mejor que pude -mi experiencia en la Hostelería se reduce a mi época de estudiante de COU en la Romería de mi pueblo, que pusimos un puesto para el Viaje de Fin de Estudios del Instituto-. Afortunadamente, el buen ambiente reinante y la amabilidad e información de 1ª recibida, hizo que al menos saliera medianamente airosa en servir los combinados de bebidas -tuve que aprender como iban las mezclas y los nombres de ellas-.
 De alguna forma, llegué a sentirme partícipe de esa Casa, próxima con las personas que estábamos inmersas en querer colaborar para contribuir con un pequeño granito de arena, a que ese proyecto que en su día gestó Pepe Bravo, siga adelante siendo un recurso y un apoyo para aquellos que lo necesiten. Siempre es bueno para todos saber que tenemos un sitio donde ir  y,  para aquel que de verdad lo precise, más.
 Pensaba nombrar a todos los de la Casa por su capacidad de organización y su buena disposición y amabilidad, pero yo soy muy mala para los nombres y posiblemente me dejaría alguno atrás. También me ha llamado la atención, desde mi perspectiva de "forastera", la generosidad de la familia de Pepe Bravo al seguir con el Proyecto que él había puesto en marcha y ceder esa Casa tan acogedora - por cierto, los higos que hay en el patio están muy buenos- y además, implicarse y colaborar también de forma activa en conseguir algún recaudo que facilite el poder continuar esa gran obra social.
 Os deseo a todos los que estáis implicados en la CASA PEPE BRAVO que sigáis adelante con todo el empuje necesario en los tiempos que nos ha tocado vivir, para poder continuar esa labor de humanidad que estáis haciendo.
Gracias a todos los que estuvisteis allí, por vuestra acogida y por haberme brindado la oportunidad de estar rodeada de "buena gente".
Mari Carmen"

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