Sorprendente fue también la presencia del Padre Patera dentro de este grupo que nos visitó. ¡Que gracia, y que salero el de este personaje! ¡Qué fuerza y que habilidad para remontar una y otra vez de las cenizas!. Me comentaba cómo le habían cerrado más de una vez su hogar de acogida, como había tenido que luchar con la administración, la pena que le daban los cadáveres políticos, de la ayuda de la guardia civil, de las decenas de personas que habían muerto entre sus brazos, y de la fuerza que estas personas le inspiraban en su quehacer diario….. Era como tener frente a mí a un hermano de vida, uno de estos que no se sabe bien por qué circunstancias está recorriendo tu mismo camino, con los mismos problemas, las mismas intenciones, las mismas derrotas y las mismas alegrías. Era como tenerme delante de un espejo pero con formas y caras diferentes, y por supuesto reconociendo con humildad la grandeza de este gran personaje.
Comimos, y en el postre y por primera vez, acompañando las manzanas asadas, aparecen una especie de canapé a base de naranja, sésamo y chocolate. Ni decir la sorpresa de sabores que inunda nuestra boca con este manjar proveniente de la imaginación de Álvaro y por supuesto del deshidratador. Como no podía ser de otra manera, los productos deshidratados comienzan a incorporarse en nuestra cocina y como agasajo de amigos que quieren compartir nuestra mesa y nuestros servicios.
Como ya es habitual, después de la comida hubo una pequeña explicación de nuestro proyecto, con intervenciones de vida de alguna de las personas que forman el hogar. Y luego propusimos visitarla en su conjunto. Curiosamente la gente estaba dispersa, los grupos se hacían y deshacían, personajes curiosos inspeccionaban los rincones que encontraban en su trayecto, cada uno buscaba interlocutores que les explicara mas detenidamente la casuística que nos ronda. Ni que decir que para nada fue una visita guiada…….. y sin embargo al final de la misma, y de forma sorprendente se fue creando un proyecto: Ayudar a terminar el Restaurante. De la misma forma que habían hecho en Marruecos tan sólo una semana antes, de nuevo entraban en acción, y esta vez para ayudar a la casa de Alozaina. En un plazo no inferior a dos semanas, llegarán de nuevo a nuestra casa para pintar las paredes, montar la instalación eléctrica, colocar mobiliario……… definitivamente una sorpresa tras otra para una ingenua que tras ver la edificación del restaurante desde hace unos quince años ahí parada, cogiendo el polvo de los años, sirviendo de almacén de las donaciones que íbamos recibiendo…. De pronto, sin esperarlo, recibe junto con los demás miembros de la casa la grata sorpresa de la ayuda incondicional para que el sueño de Pepe Bravo vuelva a ser una realidad que sirve, que une, que crea, en definitiva que da vida a nuestro proyecto.
Amigo Carlos, de nuevo gracias a ti y a todos tus amigos, y a todos aquellos que han formado y que continúan formando parte de esta gran familia .
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