En muchísimas ocasiones, personas que han ido viniendo a la casa me han preguntado sobre el funcionamiento de la misma. Pienso que la palabra integración en su más amplio sentido es la que podría definir nuestro funcionamiento e incluso nuestra filosofía o forma de entender la vida.
Y esta integración entre las personas acogidas, los voluntarios y las personas que forman parte de la plantilla de la empresa es la quiero poner de manifiesto a través de esta ventana que vamos a abrir a una de las actividades que en estos momentos estamos desarrollando.
En estos días el molino de aceite tiene un trasiego que nunca antes habíamos visto en esta casa. Con la escasez de lluvias del año pasado las cosechas no han sido muy abundantes, por lo que un grupo importante de productores no ha llegado al mínimo exigible en cooperativas olivareras para moler su aceite; y como alternativa llegan hasta nuestra casa para hacer sus moliendas. Son aceitunas pintas o negras, y al no llover apenas tienen agua, por lo que prácticamente todo es aceite. Esta siendo un regalo compartir todo esto con los que nos traen sus aceitunas ecológicas, tanto el rendimiento que estamos sacando, como la calidad del aceite que estamos moliendo: aceite de flor puro, rarísimo y muy difícil de encontrar.
Como años anteriores, el aceite extraído se reparte a medias. El cincuenta por ciento sería para quien ha traído su cosecha, y la otra mitad para abastecer nuestra casa. Y como resto residual queda el orujo, único para generar energía, y que dedicaremos para el consumo de estufas y chimeneas.
Y en todo este entramado, de personas que van y vienen, del aroma del aceite recién molido, del trabajo de la prensa que Pepe Bravo ideó, de las botellas que día a día se van llenando, quisiera explicar la integración de todas y cada una de las partes que forman este conjunto:
- Por un lado llegan amigos y vecinos a traernos sus aceitunas, confiados en las propiedades del aceite que se están llevando, ya que además de la calidad de sus aceitunas ecológicas, se tratan con procedimientos artesanales, que le confiere un sabor y una consistencia inigualable, en una palabra se llevan un producto único. Nosotros les prestamos un servicio, y ellos ayudan al mantenimiento de la casa aportando la mitad del aceite extraído a cambio de la molienda.
- En cuanto a las personas que colaboran en la molienda, también hay una simbiosis, de manera que continúa esta colaboración entre las partes. Antonio, es el maestro molinero. Él forma parte de la plantilla del centro especial de empleo. Debido a su discapacidad, tiene ciertas limitaciones físicas. Es entonces, cuando en algunas ocasiones pide ayuda y cuando de forma voluntariosa aparecen Ana Mari o Juan Diego para colaborar en el molino. De esta forma la profesionalidad se ve complementada con la acción voluntaria de jóvenes de la casa, que saben que su implicación en las actividades de la casa es fundamental para el mantenimiento de la misma, o incluso por voluntarios que viene a echar una mano implicándose con responsabilidad en los quehaceres cotidianos.
- Por último, resaltar los grupos de amigos y conocidos que se sientan a comer en nuestro restaurante solidario, para degustar en los desayunos ese pan recién horneado e impregnado con nuestro aceite, o esas ensaladas aderezadas , o incluso los guisos y salteados recién preparados e inspirados en la cocina tradicional y comarcal. Es todo un regalo apreciar las sonrisas de satisfacción por lo que están saboreando.
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