Nuestro amigo Antonio Borrero, un gran activo de nuestra Casa de Acogida, comparte uno de sus relatos:
"-Soy un simple árbol. Para ser concreto, un roble. Y siento pena de mí mismo.
Tengo un amigo que es un naranjo, plantado cerca de mí; y está muy contento porque todos los años le brotan unas flores llamadas “AZAHAR”. La gente acude a él para inhalar su perfume, y de camino llevarse
Luego da un fruto muy vistoso llamado “NARANJA”. Un fruto dulce que da una armonía estética al árbol, por su contraste de colores.
Después llegan personas que recolectan su fruto. ¡Qué envidia!
Por si fuera poco tengo otro amigo que es un almendro,(me llevo bien con él). También, cuando llega el tiempo de florecer es precioso. Como si solo hubiera nevado encima de él.
Los visitantes que pasan por aquí, se paran, lo elogian, le hacen fotografías, y se van hablando de cuán bello es.
También como el naranjo da un fruto llamado “ALMENDRA”, al que también los humanos vienen a recolectar. Y yo, no me puedo comparar con mis amigos. Solo llego a germinar unas pequeñas flores, nada vistosas, y un fruto llamado ¡BELLOTA!
Procuro diseminarlas a mí alrededor para ver si alguien viene a recolectarlas. Pero solo vienen un grupo de gorrinos y se las comes con ansiedad. Y es cuando más envidia me da.
Pero un día de primavera, me visitaron unas personas, y empezaron a hablar de mí.
-Mirad. Este roble. Es el árbol más antiguo y longevo que existe en este llano. Un antepasado lo plantó para que el día de mañana nos cobijara con su sombra; y de camino con su fruto sirviera de alimento a nuestros cerdos, para que nos dieran buena carne. Y aquí estamos, debajo de un árbol centenario, al asilo de su sombra, fuerte, de madera noble, y frondoso a más no poder, resguardándonos del intenso sol. Estoy orgulloso de mi antepasado que lo plantó.
A partir de entonces, no sentí más envidia de mis compañeros. Sino altivo y satisfecho de ser lo que soy, y de tener cualidades que mis compañeros no poseen
-DICHO: Está fuerte como un roble"
Antonio Borrero 29-07-2013